La soledad es un estado que todos añoramos de vez en cuando. Pequeños momentos que disfrutamos sin más porque aunque el ser humano es un ser social por naturaleza, también es un ser un tanto plasta y necesitamos descansar de él de vez en cuando. He aquí algunos pros y contras de vivir solo.
1. Casi no cenas. Admítelo, que te hagan la cena es muy cómodo o si estás acompañado la haces por cortesía. Pero si vives solo, trabajas 8 horas, vas a inglés dos días y al gimnasio otros 2, lo que menos te apetece es preparar la cena cuando llegas a las 9 de la noche a casa. ¡Vivan los yogures y las piezas de fruta!
2. Eres el señor del mando. ¿Harto de pelearte por quién se corona como el amo y señor del mando a distancia? Si vives solo, eso no pasa. Puedes hacer zapping durante horas sin que nadie te diga nada, ver ese programa de cotilleos que evitas en casas ajenas para mantener tu dignidad intacta o dejar de fingir que te gusta el fútbol. Con el mando es con el único que puedes ser tú mismo.
3. No te puedes hacer el sueco. Típica escena en los hogares españoles; suena el teléfono y/o el timbre y, de pronto, todo el mundo se vuelve sordo y mira hacía todos lados menos al susodicho objeto que emite pitidos. Viviendo solo nadie más que tú atenderá la llamada. Tu gato Misifú no sabe coger el teléfono. Todavía.
4. Nudismo hogareño. Al fin podrás hacer lo que siempre has querido: ir desnudo por casa. ¿Porque quién no se imagina eso cuando piensa en vivir en soledad? Ir al baño con la puerta abierta es otro placer vox populi. Por suerte, aún no he visto a nadie haga ninguna de las dos cosas, en España usamos cortinas.
5. Cálculos culinarios erróneos. La cantidad de comida para una sola persona a la hora de cocinar es un tema peliagudo para la mayoría. Acéptalo no sabes calcular. O bien haces macarrones para un regimiento, y pasteles que acabas repartiendo entre los compañeros de trabajo, o bien, tienes un limón en la nevera al que ya le has cogido cariño y cuatro cervezas por si se presenta alguien por sorpresa.
6. Te conoces más a ti mismo. Y eso tiene su lado bueno y su lado malo. Por una parte, te entiendes mejor y también aprendes a organizarte. Por otra, tienes más riesgo de volverte loco. A los pocos días, te sorprenderás manteniendo conversaciones con el ordenador, la televisión o la radio, o peor aún, contigo mismo. Más serio es lo de aquellos que quieren explorar los límites de su higiene.
7. Directo a Broadway. Tom Cruise en Risky Business se queda en aspirante a artista si lo comparas a cuando bailas tú en ropa interior y con la escoba en la mano. La ducha es el local de ensayo cuando vives con más personas, pero si vives sólo cualquier fregona, aspirador o secador te convierte en Paulina Rubio pelo al viento, pero cantando mejor, claro.
8. Forever alone. No esperes nunca una cena, fiesta o regalito sorpresa al llegar a casa, porque no lo habrá. Te lo puedes hacer tú mismo pero el factor sorpresa pierde bastante fuelle.
9. No tendrás que aguantar manías. Que sí ordena las toallas por colores, tapa el gel después de usarlo, quítate los zapatos para estar por casa... ¿manías? ya tienes bastante con las tuyas. Cada uno tiene sus rarezas pero, admitámoslo, tú sólo puedes soportar las tuyas.
10. La gente critica. Las parejitas, los familiares y demás, te preguntarán si no te sientes solo, que cuando te emparejarás o cuántos gatos tienes ya. Mucha gente no entiende los placeres de vivir solo y tendrás que defender tu postura en más de una ocasión. Usa alguno de estos argumentos.