Había que inventarse otro vago concepto sobre tipología varonil al que puedan acogerse todos aquellos hombres del mundo que no se definan estéticamente. (Con lo que les había costado a nuestros abuelos aprender que era un metrosexual...)
Es por ello que hoy hablaremos del lumbersexual: una mezcla de hipster, leñador canadiense, Alan de Resacón en las Vegas y un manitas en casa. Sí, no os equivocáis, os hablamos de la bandada de barbudos con camisas de cuadros que inundan nuestras ciudades con pintas de ser machos, muy machos. Pero no os preocupéis, según nuestro estudio de campo parece ser que no son peligrosos, pese a su rudo aspecto. Por si acaso, os vamos a explicar cómo identificarlos:
1. Camisas de cuadros. Es uno de sus rasgos fundamentales. Sus preferidas suelen ser las de franela de cuadros rojos y negros, pero también aceptan variantes como granates, burdeos e, incluso, en un día loco se atreven con azulados u ocres. Los gorros de lana, pelo y tipo amish, unas botas de treking y jeans desgastados conforman su total look campestre.
2. Barba y pelo. Los lumbersexuales son como Sansón, la fuerza irradia de su pelo. La barba espesa es su seña de identidad, pero no por ello se avergüenzan de tener pelo en el resto del cuerpo. Eso sí, tengamos en cuenta que los pelos en la espalda y en las orejas nunca, NUNCA, estarán de moda.
3. Aspecto descuidado. ¿Sabes esos días en que intentas ponerte guap@ y cuando sales a la calle y te ves reflejado en un escaparate parece que te hayas puesto lo primero que has pillado? Pues ese es precisamente el aspecto que presentan los lumbersexuales. Eso sí, ellos lo hacen a propósito. Tú no.
4. Expresión. Así como los metrosexuales pretendían aparentar seguridad y un aire seductor, a los lumber eso les da igual. Posiblemente detectes en su mirada una mezcla de melancolía y ojos de perro abandonado. Ternura disfrazada de tipo duro. Nos derretimos.
5. Hogareño. Si tienes que montar muebles o tienes muchas cosas rotas en casa, te irá bien tener a un lumbersexual cerca. Si luego se lo quieres compensar no le lleves a un restaurante de haute cuisine o a un vegano. Un chuletón de 500 gramos y un buen vino tinto y, sobre todo, servidos en casa, serán suficiente.
6. Seguridad. Un lumbersexual es el hombre que nos gustaría tener a nuestro lado durante un apocalipsis zombie, una invasión alienígena o el fin del mundo. Son hombres hechos y derechos que no tienen miedo a nada, véase un Rick de Walking Dead, un Jack Bauer de la serie 24 o, a riesgo de parecer repetitivos, un Chuck Norris de Ranger de Texas.
7. Tatoos. No es raro que un lumbersexual lleve partes de su cuerpo tatuadas, especialmente los brazos. Algo así como Beckham pero sin ser tan perfecto.
8. Naturaleza. Además de parecer leñadores y que existan muchas fuentes documentales que demuestren que un hacha en mano les sienta como a nadie, son grandes amantes de la naturaleza. Les gusta pasear por el bosque, hacer trekking o preparar picnics a pie de río. Nunca el campo fue tan sexy.
9. Tecnología vs cosas manuales. Pese a su aspecto rural, como todas las tribus urbanas - si es que se le puede llamar así- se forjan en la ciudad. Así que aunque aparente llevar una navaja suiza y varias herramientas encima, posiblemente lo que guardo dentro de la mochila sea un Macbook Pro Retina. Los iPhones también suelen ser otro complemento que acompaña a los lumbersexuales . Oh, esperad, ¡quizá todo sea una campaña de marketing de Apple! ¿o acaso es casualidad que Steve Jobs fuera una mezcla de hippie tecnológico y nerd?
10. Oficio. Pese a que a primera vista pueda parecer que se dedican a algo rudo como conductores de grúas, carpinteros o por su vestimenta, simplemente a ser homeless. Lo cierto es que la mayoría de ellos se ganan el sueldo a base de trabajos creativos como diseñador gráfico o en el departamento de marketing de alguna agencia de publicidad. Postureo rules.