1. El plátano no está pocho, está maduro.
Lo que ocurre es que posiblemente nadie más que una madre sabe de todos los alimentos del mundo, recordad que fue la que nos metió en la cabeza que nos teníamos que beber el zumo de naranja rápido porque se le iban las vitaminas, que los chicles se nos pegaban en las tripas y la que nos enseñó la regla de los cinco segundos si algo se te caía al suelo.
2. Llegas con un hambre atroz tras un día duro y se te ocurre preguntar : ¿Qué hay para comer? COMIDA.
Gracias mamá, menos mal que no hay ladrillos.
3. Es la primera vez que me siento en todo el día. Seguida de un largo suspiro mientras se deja caer en el sofá.
Mamá, te hemos visto sentada antes, pero no diremos nada de nada, sabemos que te hace ilusión.
4. ¿Vas a ir así vestida?
Muy típica si sois chicas. Tras media tarde poniéndoos guapas vuestra querida madre echará por tierra vuestra sensación de ir monísimas. Eso sí, se preocuparán por qué ropa interior lleves por si pasa algo y tenemos que ir al hospital: ponte muda limpia.
5. ¿A qué hora llegaste ayer?
Lo primero mamá, ¿a qué día estamos? Porque de las primeras 14 copas y 8 chupitos me acuerdo pero a partir de ahí tengo algunas lagunas. Y luego no se te ocurra decir que quieres descansar, o escucharás un "para salir de fiesta nunca estás cansado, ¿no?"
6. ¿Te parece que soy el Banco de España? / ¿Tú te crees que el dinero crece de los árboles?
7. El Don de la multiplicación: "Mamá ¿me compras una moto? Dos te voy a comprar" o El Don del cambio de género: "Ni moto, ni mota"
Poco o nada puedes hacer para contrarrestar estos argumentos de peso e intentar ganar una discusión. Y si por algún casual estás cerca de tener razón, todo tu gozo en un pozo con el argumento definitivo: Porque lo digo yo y punto, que para algo soy tu madre.
8. A mi los demás me dan igual.
Es la adaptación del clásico "¿Y si tus amigos se tiran por un puente? ¿Tú también?"
9. A que voy yo y lo encuentro.
Y sorprendentemente, lo encuentra. Aunque tú llevases 2 horas buscando.
10. Cualquier día cojo la puerta y me voy, a ver qué hacéis.
No le das importancia pero como un día lo haga, ¿cómo piensas sobrevivir? ¿A base de bocadillos y con la misma camiseta toda la vida?
Tu cara cuando ves que va en serio: