Los bebés son la versión beta de los adultos borrachos. Si nunca lo habías pensado, aquí está la prueba.
1. Pararán de hacer aquello que estén haciendo para echarse una siesta. No importa el lugar. Ni con quién estén.
2. En las fotos siempre salen con caras como estas:
3. No saben cómo comportarse en público.
4. Ven una realidad distinta a la que vemos los demás.
5. En serio, meterse la comida en la boca no es TAN difícil. Para ellos, misión imposible.
6. Nunca sabes cuando van a caer rendidos. Y lo más probable es que lo hagan cuando nadie se lo espera.
7. De repente les ves en situaciones totalmente inexplicables.
8. La coordinación brilla por su ausencia.
9. Cualquier posición es buena para dormir.
10. Y además suelen quedarse dormidos cerca del váter.