¡Ay el transporte público! Siempre lleno de sorpresas, situaciones y personajes. Qué vivencias tan sumamente inolvidables y qué de muestras de jabón y de desodorante se podrían entregar a la entrada. Estas son algunas de las situaciones que seguro que has vivido y vivirás de nuevo cuando vas en autobús:
1. La carrerita previa para no perder el autobús.
Sí, es ridícula y desesperada en todas sus versiones y más si llevas un bolso o mochila que parece que te acompaña en la carrera, pero si llegas a coger el autobús valdrá la pena, porque ver cómo se aleja y te ilumina con su intermitente no es justo y bastante peor.
2. El momento en que está tan lleno el autobús que no encuentras ni dónde sentarte ni dónde mantenerte en pie.
Creo que aquí iré bien…
3. Vas de pie y la persona que va a tu lado levanta el brazo para sujetarse a una de las barras…
4. Siempre, siempre, siempre habrá una persona que por la gracia de Dios tiene contratada una tarifa plana de teléfono y hablará durante todo el viaje y a ser posible, a voces. Y miras tal que así, pensando que por fin has conseguido el argumento de tu próxima telenovela.
5. Ya puedes llevar los auriculares más grandes del mundo e ir la música a todo volumen, que siempre habrá alguien que intentará entablar una conversación contigo, aunque no lo conozcas de nada pero insistirá.
6. Te encontrarás con alguien que puede estar en el séptimo sueño, pero acabará despertándose justo antes de llegar a su parada y piensas… ¿Por qué no habré desarrollado yo esa habilidad?
7. ¿Y por qué no? También existe la posibilidad de que esa persona que se queda dormida encuentre en tu hombro una cómoda almohada. Cada uno se entretiene como quiere en el transporte público.