Bolonia ha querido acabar con todo ese tiempo que dedicabas a Internet y a jugar con los regalos que te habían dejado en casa de tus tíos, abuelos y si eras de los que tenía suerte, también en casa de algún familiar lejano. Pero eso se acabó. Adiós Navidades, hola nuevo calendario:
Día 21 de diciembre:
Empiezas con un sentimiento positivo, "Voy a estudiar todo lo que pueda ahora que tengo tiempo libre".
Pero seamos realistas, ¿estudiar el primer día de vacaciones? No, es demasiado pronto. Demasiado.
Día 22 de diciembre:
¡Pero si hoy es la lotería! Vamos a dedicar toda la mañana a ver si nos ha tocado algo para no tener que preocuparse en estudiar nunca más.
Y si ha sido el día de la Salud, como suele pasar, vamos a seguir riéndonos con los mil y un memes y parodias del anuncio de la lotería.
Día 23 de diciembre:
Un poco de descanso no hará daño a nadie...
Día 24 de diciembre:
Ya es Nochebuena, ¡A comer!
Día 25 de diciembre:
¡Feliz Navidad! ¡A comer sobras!
Día 26 de diciembre:
"Quizás haya comido demasiado estos días" toca descansar y reposar las cantidades ingentes de comida.
27 de diciembre:
Cuando finalmente te recuperas ya es día 27, pero es ese día en el que decides trastear con los regalos que te trajo Papa Noel.
Día 28 de diciembre:
Ya te tendrías que haber puesto hace un par de días, pero es día 28 de Diciembre y como manda la tradición es el día de los Santos Inocentes, tocará gastar un par de bromas. La primera inocentada del día es decirle a toda tu familia que vas a estudiar.
Día 29 de diciembre:
Llegan los remordimientos. No hay excusas. Decides sentarte frente a los apuntes, pero una siesta a tiempo te quita la tontería.
Días 30 y 31 de diciembre:
Todo gira entorno a Nochevieja. Lo preparas todo: el vestido o traje que vas a llevar, te pones de acuerdo con tus amigos para no llevar modelitos parecidos, medio planeas a quien vas a escribir a media noche por WhatsApp para ver donde está, en definitiva, tienes la cabeza demasiado liada como para pensar en estudiar.
Día 1 de enero: ¡Feliz año! De madrugada pareces un extra sacado de The Walking Dead, con todo lo que te preparaste para Nochevieja y los excesos te han convertido en un zombi viviente. Algunos hasta aprovechan a beber agua de vuelta a casa recreando fielmente este fail de la serie.
(Y sí, algunos también pueden llegar a ver a Rick en caballo paseando, el efecto Jägermeister lo llaman)
Cuando te levantas no puedes hacer otra cosa que comer y dormir. Una y otra vez.
Día 2 de enero:
Año nuevo, (extraoficilmente todos sabemos que los años empiezan el día 2). Después de estar en Internet todo el día me voy a poner en serio. Aunque de repente una fuerza sobrehumana se apodera de ti recordando que hay algunos capítulos de unas series que no te dio tiempo a ver el año pasado y que no se pueden dejar para más adelante.
Día 3 de enero:
Das el primer paso. Primera toma de contacto. Estás tan perdido que decides que todo es importante.
Día 4 de enero:
Sigues subrayando, es la forma de autoconvencerte de que estás haciendo algo.
Mi novia dice que estudio demasiado últimamente. La he subrayado con amarillo porque creo que lo que me ha dicho es importante. — Riveriego (@Riveriego_) junio 13, 2012
Día 5 de enero:
Llega el día de Reyes, te das cuenta de que tienes que darte prisa en hacer las últimas compras antes de que cierren las tiendas.
Además de aprovechar para quitarle algunos caramelos a los niños pequeños que ilusionados van a ver la cabalgata en su ciudad. Hemos visto a gente llegar a pegarse por un Sugus de fresa.
Día 6 de enero:
Regalos de Reyes y Roscón. La combinación de estas variables acaba tal y como ya sabías desde el principio: ni un apunte encima de la mesa.
Día 7 de enero:
Aquí es cuando se acaba toda la tontería navideña. No has estudiado nada y lo sabes. Pones en el calendario cuando tienes que entregar los trabajos y cuando son los primeros exámenes.
Decides tomártelo en serio e ir a estudiar al centro de Estudio o Aulario de tu ciudad. Pero al igual que tú otros tantos estudiantes han hecho lo mismo y conseguir sitio es más difícil que ganar los Juegos del Hambre.
Y cómo tu casi no tienes, empiezas a leer los apuntes que tus compañeros te han ido pasando y esta es tu cara al leer cosas que a ti ni te sonaba que se habían dado en clase.
¡Gracias Bolonia!
Vía: Ingeniero del Montón