Eduardo Galeano y sus 9 mejores frases sobre el deporte rey: el fútbol

Puedes cambiar de partido político, de religión e incluso de mujer, pero jamás de equipo de fútbol.

@CallejovicDos10

Futboleros y futboleras del mundo, como bien habréis dicho y oído muchas veces, el fútbol, más que un deporte, es una religión. Y como buena religión, además de tener ídolos (las estrellas y cracks mundiales) debe de existir un buen pastor que predique y transmita el mensaje del balón.

Ese pastor era Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo que nos dejaba tristemente el año pasado. Pero como todo grande de la literatura suele hacer, dejó una colección eterna de escritos y frases sobre su tema favorito: el fútbol. Como buen uruguayo, nació diciendo gol y mamando fútbol de cada cancha, por lo que a todos los amantes del deporte rey, aquí va este post. Esto va dedicado a cada persona en este mundo que, como él hacía, sufre, llora, ríe, grita y siente por cada gol de su equipo, cada título, cada victoria o cada derrota.

Nosotros como gestor de agradecimiento a sus palabras, creamos este post en su honor y aquí tenéis las 9 mejores frases sobre el fútbol de Eduardo Galeano:

1. "En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido poítico o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol".

2. "¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales".

3. "Yo no soy más que un mendigo de buen fútbol. Voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece".

4. "El fútbol es la única religión que no tiene ateos".

5. "El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue".

6. "El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal, el castigado es él: allí lo dejan, abandonado ante su verdugo, en la inmensidad de la valla vacía. Y cuando el equipo tiene una mala tarde, es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos".