Tranquilo, no estás solo, a nosotros también nos pasa.
1. Pones la alarma un poco antes de la hora a la que necesitas realmente despertarte para poder así apagarla varias veces. Es la forma más económica de viajar en el tiempo.
2. Tratas de dejar la ducha para más tarde, y te quedas esperando al agua caliente en una esquinita. Pero ojo, cuando por fin estás dentro, odias salir de ella.
3. Y como en la ducha pierdes la noción del tiempo, no lo mides en minutos, lo mides en canciones que llevan puestas en la radio.
4. Cuando te llaman por teléfono y estás un rato largo hablando, inexplicablemente te pones a dar vueltas por casa.
5. Te pierdes mientras lees cuando llevas toda la tarde delante de los mismos apuntes o del mismo libro, pero no te das cuenta hasta que llevas ya cuatro páginas sin enterarte de nada de lo que está escrito.
6. Cuando entras a una tienda y al final no compras nada, atraviesas los detectores pensando "actúa con normalidad, no sea que parezcas un ladrón".
7. Da igual que pongas el modo aleatorio, irás pasando de canción hasta que encuentres una que te guste. Y si te pillan canciones que no deberían estar en tu iPod (Justin Bieber, por ejemplo) siempre responderás lo mismo que los que llevan droga y les pilla la policía: "te lo juro, no sé como ha llegado hasta ahí".
8. Siempre se te ocurren las mejores respuestas y argumentos minutos después de que acabase la discusión.
9. Y si sabes que vas a discutir - porque hay veces que lo sabes - ya sales de casa con los argumentos más o menos preparados.
10. Revisas de vez en cuando que sigues sin poder mover cosas con la mente. Sobretodo cuando estás en el sofá y el mando de la televisión está muy muy lejos.
11. Te sucede un fenómeno extraño de vibraciones de teléfono fantasmas en el bolsillo y cuando lo miras, el teléfono ni ha vibrado ni nada. Y que no se te ocurra mirar la hora, porque sabes que en cuanto lo guardes no vas a tener ni idea de qué hora era.
12. Eres incapaz de recordar el nombre de la persona que te acaban de presentar. Pero tranquilo, él o ella tampoco se acuerda del tuyo. Empate.
13. Todo el mundo sabe que el microondas ha sido especialmente diseñado para abrir la puerta justo un segundo antes de que termine la cuenta atrás. Y tú no vas a ser menos.
14. No te gusta nada escuchar el sonido de tu propia voz en vídeos o grabaciones. Tú piensas que suenas como Mufasa, pero en realidad eres más parecido a Simba.
15. Por mucho que lo intentes (y hayas intentado), tu firma nunca podrá compararse a la de tus padres.
16. Si no pones caras idiotas y le hablas a un bebé con un tono agudo de voz, lo más probable es que tengas algún problema bastante grave contigo mismo.
17. Y por mucho que ya estemos en 2016, cada vez que te hablan de los años 90 tú sigues pensando que fueron hace diez años.
Fuente: Reddit.