Todo esto que aparece a continuación está basado en hechos reales y vivido en primera persona, y si sois sensibles, podéis veros afectados.
En ningún momento pretendo meter a todos los hombres en el mismo saco, simplemente poner ejemplos de algo que aún sigue pasando y que me parece inconcebible. Así que por aquí dejo algunos de esos comentarios:
1. “Con menos culo también se caga”.
Sí, amigos y amigas, este inteligente comentario se sigue usando, y no, no penséis en albañiles subidos a un andamio, pensad en chavales que están en la veintena, que es lo peor. Probablemente más de una y de dos lo habréis oído y hecho alguna mueca en consecuencia.
2. Querida persona, no hace falta que describas mi cuerpo a voces.
Yo ya lo conozco perfectamente, me visto a mí misma, me miro al espejo y me baño. Lo conozco mucho más allá de lo que tú puedas llegar a ver jamás.
3. No, no quiero saber lo que me harías.
Además de ser tremendamente violento, es ofensivo y desagradable. Y recuerda, hay cosas que se pueden denunciar.
¿Has oído un comentario en voz alta similar de mi persona hacia la tuya? Pues eso.
4. No me apetece que me hagas fotos sin mi permiso.
Ni siquiera me gusta hacerme fotos, sólo lo hago porque luego me gustan tener los recuerdos a mano, y siempre si me apetece porque estoy con alguien lo suficientemente a gusto.
5. No, es cierto que no voy a ser monja.
Ni siquiera tengo esa vocación, pero no tienes derecho a lanzar un “anda que eres tú bastante santa” por el hecho de que te haya rechazado y en modo pataleta de niño pequeño hayas criticado mi ropa y hayas lanzado ese comentario.
6. Que lleve unos jeans y un top no quiere decir que “vaya buscando guerra”.
Simplemente que me gusta vestirme antes de salir a la calle.
7. No me apetece bailar contigo.
Y no, no es porque sea una “malaje” o una “saboría”, es simplemente porque no me gusta bailar en público y si lo hago no lo voy a hacer contigo.
8. Sé que no tiene nadie que enterarse de “nada”.
Pero no es que no lo haga por eso, sino porque simplemente no quiero, si quisiera eso no estaría con otra persona, no mantendría ese compromiso, que es una muestra de respeto hacia ese alguien y hacia mí misma.
Que cada uno haga lo que crea conveniente.
9. Créeme cuando te digo que cuando tenía 17 años no me apetecía escuchar lo que ibas a hacerme cuando cumpliese los 18.
Al igual que no lo haría ahora.
10. No, no quiero que te saltes las normas de tu empresa cogiendo mi número de teléfono.
Para hablarme luego por WhatsApp invadiendo mi privacidad, ya seas de “The Phone House” o de una ONG de las que te asaltan por la calle. Encima eres idiota, te pueden despedir.
Y escribo esto para dejar constancia, para todos aquellos que piensan que esto no es insultante.