Tú quieres estudiar, lo sabemos. Pero existen múltiples obstáculos para llegar a esa matrícula con la que tu madre podría presumir de hijo durante años. En invierno las distracciones se han triplicado y ya no hay solución posible. Veamos cuáles son los factores que te impiden estudiar (y aprobar a ser posible):
1. La comida.
No es recomendable hacer dieta durante los exámenes finales por el estrés que puede implicar, pero tampoco hace falta comer como si no hubiera mañana. Por más veces que vayas a la nevera, no van a aparecer manjares y delicias. Y, no, por más nervios que tengas, las patatas, chocolatinas y helados varios, no se queman por estar sentado en una silla.
2. Los vecinos.
Cuando estás estudiando y en silencio, cualquier cosa puede ser más interesante que tus apuntes. A no ser que vivas en una mansión lo más seguro es que tu habitación colinde con alguna de otro piso. Y como la paredes son de papel, cualquier cotilleo, por mínimo que sea, te parecerá digno de radio patio. Un vaso puesto del revés ayuda. En serio.
3. El móvil.
Aunque lo silencies, le quites la vibración, lo apagues y lo lleves hasta Narnia, siempre habrá un momento en que vuelvas a caer en su dulce dependencia. Buscarás excusas; preguntar a tus compañeros de clase, comprobar un dato, ponerte una alarma...Consejo: Tinder, Badoo y Happn vetados. Ya tienes bastante distracción con la gente que conoces, como para hacerlo con la que no.
4. Tu madre.
Sabemos que lo hace todo por tu bienestar, que quiere lo mejor para ti, pero ¿no podría estarse quietecita un rato? Es esa pesadez innata que tienen todas las madres que nos agota y nos saca de nuestras casillas, aunque la queramos más que un oso amoroso. Durante la época de exámenes, irremediablemente su actitud se agrava, así que prepara tu paciencia y piensa que si la enfadas, habrás despertado a la bestia.
5. El sueño.
Sabemos que los cafés van a ser tu compañero de estudio durante varias semanas pero a) el café no surge efecto si te tumbas en la cama a estudiar y b) Controla las cantidades de cafeína en sangre para no llegar a clase como si vinieras de un after. Cuando veas que te estás durmiendo, recuerda el verano que te espera si no sacas un cinquillo. El cuerpo reacciona ipso facto ante el pánico de tener que repetir el esfuerzo estudiantil.
6. Los días que faltaste a clase.
Pediré los apuntes, el próximo día los copio, buscaré información por Internet... No inventes excusas que ni tú te crees. Si faltas a clase, los astros se alinean, para que de ninguna de las formas consigas los apuntes de ese día, o si los consigues, no los entiendas. Pero ¿y el rato que pasaste en el bar con los amigotes sin hacer nada? Eso seguro que sí que te da un futuro prometedor.
7. Hablar antes del examen.
Queda terminantemente prohibido hablar sobre el examen justo antes del examen con los otros que van a hacer el examen. En la época de finales tu mente está colapsada y como entre un solo input más, estallará, empezarás a suspender y, seguramente, acabarás viviendo bajo un puente. Si esa idea no te seduce, estudia en casa y cuando llegues a clase intenta hablar de las tonterías que forman parte de tu retórica habitual. Seguro que te será fácil, genio.
8. Las series.
Cuando estudias y echa de menos Breaking Bad, The walking Dead o Juego de tronos, es cuando te preguntas porque no han hecho una serie de todos tus apuntes. Dejando de lado la pésima salida comercial que tendría, el abandono de los apuntes haría que la mitad de la población juvenil dejara de leer y eso implicaría una peor ortografía, lo que a su vez derivaría en una infinita cantidad de faltas que harían levantar de la tumba al mismísimo Cervantes. No quiero tener que arrancarme los ojos, seguid leyendo, por favor.
9. Los tíos buenos/buenas de la biblioteca.
Aunque los anuncios de la tele nos han dejado las expectativas muy altas, ¿quién no se ha imaginado que el tí@ buen@ del final de la sala le está mirando? Seguramente no lo haga, pero te pasarás la mitad del tiempo mirándole por si lo hace, y la otra mitad haciendo como que lees cuando te pille mirándole. Postureo rules.
10. Cualquier cosa.
La verdad que esta lista no tiene mucho sentido, teniendo en cuenta que cualquier cosa nos puede distraer con tal de no estudiar; el perro que ladra en la calle, esa mancha de humedad que, sospechosamente, se parece a Homer Simpson, esas migas que viven desde hace siglos entre las teclas del ordenador o, incluso, los apuntes o libros de otra asignatura. ¿TDA? Si eres del ramo sanidad y no sabes lo que es, no te esfuerces. Abandona ya.