La empresa de Whatsapp se fundó allá por el 2009, pero empezó a aterrizar en nuestros teléfonos un poco más tarde. Y después de decir esto, me atrevo a afirmar que no habéis usado más de 10 veces estos iconos:
1. La berenjena.
¿En qué momento?, ¿hay algún país en el que sea el alimento fundamental de su dieta?, ¿qué tiene de especial?, ¿por qué no hay zanahorias o lechugas?
2. El boniato.
Yo lo he usado por compasión, y por chorrada, un día de mi vida. Fue muy emotivo. Además, han tenido que poner un boniato a la mitad para que identifiquemos lo que es.
3. La luna nueva con cara.
¿Qué clase de perversión es esa? Con esa mirada ahí... Creo que ya había suficiente con los otros 12 iconos de lunas restantes. Es más, ¿por qué solo dos soles?, ¿qué clase de discriminación es esa?
4. El disquete.
A ver, si ni siquiera se usan ya en la vida real, ¿quién lo va a usar vía whatsapp? Eso sí, qué recuerdos.
5. La cinta de VHS. Más de lo mismo. Al verla pienso en el vídeo de la boda de mis padres y en mi colección de cintas de las películas Disney.
6. El busca. Igualmente sucede con este aparatito. Sitcoms de los 90 y la americanada de que el número que aparece en su pantallita empieza por 555, prefijo que en la realidad no se usa en Estados Unidos.
7. El candado con una pluma.
¿Qué nos quieren decir con eso?, ¿es un mensaje cifrado?, ¡Basta!
8. El moai de la Isla de Pascua.
Este todavía lo dejaría yo pasar por alto porque me recuerda a alguna serie de mi infancia.
9. El 70% de los iconos del último desplegable. Son la demostración de la creatividad y del rellenar por rellenar. ¡Viva el vino!
10. Y por supuesto, mis queridas cañas de bambú.
Lo mismo entre los osos pandas son muy populares, pero dudo que ellos usen whatsapp. Aquí somos más de pinos, abedules y encinas.