10 reacciones absurdas frente a situaciones de miedo

[Colaboración de: @SaborDeAroma]

Según la RAE el miedo es una "Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario". Esta claro que no todos reaccionamos frente a él de la misma manera, unos son más valientes y otros más cagones. Como tú seguramente seas de los segundos, te traemos las reacciones más absurdas que solemos tener cuando estamos asustados, para que las apuntes y madures, miedoso.

1. Sábana antibalas. Tú estás por la noche en la cama y oyes un ruido extraño, ¿y qué haces? Te tapas con la sábana ¡Muy bien, machote! ¿Qué pasa, que la sábana es antibalas? ¿Que si viene un malo con un cuchillo no va a poder atravesarla? Bueno ¿y cuando nos da por mirar debajo de la cama? Suponiendo que haya un asesino debajo de la cama, ¿qué ganas mirando? Como mucho que te mate antes.

¿Imagináis como sería la conversación si un día nos encontrásemos a alguien debajo de la cama?

 - Buenas noches... ¿Qué? ¿Asesinando un poco, no? + Ya ves... hay que ganarse las lentejas. - Pero hombre salga de ahí que se va a quedar frío.  Ande, suba, que va a coger asma con tanta pelusilla. Máteme en la cama, que estará más cómodo.

2. Armario de Narnia.  Vamos a ver ¿a alguien le cabe un señor dentro del armario? Pero si el día que planchas no sabes dónde meter toda la ropa, ¡¿cómo se va a meter un tío ahí dentro?!

 3. ¿Hay alguien? Oyes un ruido raro en casa y te levantas, acojonado, en calzoncillos o sin ellos, y preguntas: “¿Hay alguien ahí?”. ¿Pero qué te crees, que si hay alguien te va a contestar? Aunque mejor es cuando llegas a la conclusión de que, si hay alguien sólo puede estar detrás de la puerta del cuarto de baño, porque lo demás ya lo has registrado y, ¿qué haces? Asomas la cabeza poco a poco, más que nada para que, si de verdad hay alguien, te mate del susto.

4. Seguridad vial efectiva. Vas en un coche y, de repente, el conductor empieza a correr como si fuese Carlos Sainz con prisa, y tú acojonado, ¿qué haces? Lo normal, protegerte: te agarras al asita de plástico que hay encima de la puerta. Ya se puede estampar el coche si quiere, que tú vas cogido del asita. También está lo de las madres que se agarran al bolso y se lo ponen delante, como si fuese un airbag. Muy loco.

5. Bici voladora. ¿Qué es lo que se te ocurre cuando vas en bicicleta bajando una cuesta y aquello se embala? Quitar los pies de los pedales. Ole tu. Muy bien, muy inteligente. Y para rematar, cuando te descontrolas del todo, sueltas también las manos del manillar. Maravilloso pero, ¿qué crees que va a pasar? ¿Qué vas a salir volando como en ET?  

6. Culito apretado. Cuando nos van a poner una inyección, ¿qué hacemos? Poner el culo tan duro que la aguja rebota. Sabemos que duele más, pero no podemos evitarlo. Y es que el miedo nos incita a hacer una idiotez detrás de otra: tienes que bajar al garaje y no hay luz. Empiezas a pensar en fantasmas o en si habrá alguien escondido y, ¿qué haces? Cantar. Eso es, da más datos. Lanza una bengala también si eso.

7. Cambio de acera. Vas por la calle y de pronto ves a alguien y piensas que te va a atracar. Te cambias de acera. Porque está claro que si es realmente un atracador pensará: "Mierda, otro que se me ha cruzado de acera, qué nochecita llevo". Pero ¿por qué hacemos esto? ¿Qué pasa, que los atracadores sólo atracan en las acera de números pares?

8. Agarrón desesperado. El otro día iba en el ascensor con una mujer a la que no conocía de nada y de repente el ascensor hizo un extraño: "Brramb". ¿Y qué hizo la señora? ¡Agarrarse a mí! Típica reacción de chicas. Deben pensar que los hombres no caemos cuando se descuelga un ascensor.

9. Tembleque. No hay que olvidar una de nuestras reacciones estúpidas: temblar. Si por ejemplo hay un ladrón en casa y nos escondemos debajo de una manta como un móvil en modo vibración, seguro que el hombre no tendrá problemas para encontrarnos.

 10. Estatua. Otra reacción bastante estúpida es quedarse paralizado. Si viene un coche hacia ti y está a punto de atropellarte, esto es todo lo que se le ocurre a tu cuerpo, quedarse quieto. Mala idea.