1. Ya se puede dormir bien por las noches. Se acabó el calor asfixiante, dar vueltas en la cama… Comienza la época de cubrirte con la manta hasta la cabeza.
2. Dormir acurrucada/o a tu pareja. Es una variante del punto número 1. Con el frío sí es cómodo dormir en compañía.
3. Esas tardes o noches de sofá, peli y mantita que tanto se echaban de menos.
4. Sacar la calentita, suave y abrigada ropa de invierno.
5. El placer que sientes al calentarte las manos con una taza de café o chocolate caliente.
6. La nieve. O por los menos a las personas que no estamos acostumbradas a ver la nieve, nos hace ilusión.
7. El sonido de la lluvia y su olor. Escuchar llover es una de las pequeñas maravillas de la vida.
8. Las hojas caídas y su estampa. Porque no hay colores más bonitos que los del otoño.
9. La llegada de las castañas, granadas, etc.
10. Esas duchas de agua caliente que sientan tan bien, sobre todo cuando llegas del frío de la calle.
11. Hacer escapadas sin pasar tantísimo calor como en verano. Hacer turismo en otoño se lleva mejor.