Empezar la universidad en otra ciudad, irte un año de Erasmus, hacer prácticas en extranjero, independizarte ya sea solo, acompañado o muy acompañado...
Muchas son las causas para abandonar el nido y decir adiós a nuestra cama de toda la vida o los festivales gastronómicos de papá y mamá. Sin embargo, lo que creías que iba a ser una búsqueda sencilla y divertida se convierte en los auténticos Juegos del Hambre.
1. Al principio todo es ilusión. ¡Eres el rey del mundo y encontrarás la casa de tus sueños!
2. Aunque intentas ser realista, estás son tus expectativas.
3. Haces una lista de lo que crees realmente imprescindible en un piso.
4. Esta es tu reacción cuando entras por primera vez en Idealista. “Exterior, luminoso, 2 dormitorios, calefacción central... Esto es muy sencillo, no sé porqué la gente se queja tanto”.
5. Y esta, cuando ves la oferta que se adapta a tus posibilidades.
6. Empiezas a llamar como un loco para reservar los mejores chollos. Pero no contestan…
7. Y sigues llamando…
8. Por fin, ¡el casero te contesta y comienzan las visitas! ¡Empieza la guerra!
9. Con las visitas acabas entendiendo lo que significa marketing. “Piso coqueto ideal para parejas”, realmente es algo parecido a esto:
10. Cuando empiezas a visitar pisos te vienes arriba y te crees Risto Mejide en Operación Triunfo.
11. Incluso ensayas tu pokerface para conseguir regatear el precio final con ese piso que te encanta.
12. Aunque cuando llega la hora de la verdad, en realidad ocurre esto:
13. Pero llega un momento en el que encuentras TU casa y la búsqueda llega a su fin. ¡Bienvenido a tu nuevo hogar!