Puede ser que esta lista sea recurrente, incluso que se ponga de moda cuando la productora del flexo estrene alguna película de esas que normalmente termina siendo un fenómeno rompetaquillas pero siempre hay algo de sus películas que, o bien nos enseña, o bien nos recuerda alguna cosa que puede que tuvieramos olvidada. Aquí van unas cuantas.
1. Me enseñó a que no era el protagonista único y central de la vida de mis amigos, siempre aparecerán personas nuevas a las que tenemos que aceptar.
2. Uno no se puede valer siempre por sí mismo, hay que dejarse ayudar de vez en cuando y confiar más en las opiniones de quien te quiere.
3. La risa de un niño es mucho más poderosa que su llanto.
4. Aunque eches de menos a ese ser querido que te ha dejado, tienes que continuar con tu vida, seguro que él/ella está orgulloso de ti allá donde esté.
5. Cuando no puedas más, hay que llorar para desahogarte y volver a reír.
6. Mis amigos son como son, no me debo avergonzar de ellos, porque siempre están ahí para lo que sea.
7. La familia siempre está a tu lado para ayudarte en lo que haga falta.
8. El trabajo en equipo suele tener sus recompensas.
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9. Hay que olvidarse de tus limitaciones y centrarte en lo que puedes ser capaz.
10. Las chicas no son simples señoritas delicadas, son valientes y decididas.
11. Los años no pasan en balde, y ya no estaremos tan ágiles como años atrás.
12. Para llegar a lo más alto, siempre hay que empezar desde abajo.
13. Y para superar tus propios retos, has de dejar atrás tus miedos.
14. Renegar de tu pasado no es la solución a tus problemas.
15. Y sobre todo, aprendí que aunque es duro, hacerte mayor es inevitable, necesario y que hay que llevarlo de la mejor forma posible.
Pero si hay una cosa que he aprendido es que no hace falta ir al cine acompañado de un niño para ver una de estas pelis, siempre habrá algo que a la salida de la sala habré aprendido o habré recordado, como esa primera vez que vi a Woody y Buzz en la pantalla.