En la sociedad actual, son muy pocos los que ganan un buen sueldo que les permita alquilarse un piso para ellos solos. Sinceramente, esto es muy factible si vives en provincias con alquileres más rentables, como la Comunidad Valenciana o Andalucía. Pero la cosa cambia cuando hablamos de Madrid o Barcelona… Es ahí, cuando descubres un submundo laboral con contratos de media jornada, sueldos de mierda que te obligan a compaginar trabajos y transportes públicos que, a menos que seas adolescente o pensionista, te hacen en pensar en valorar cuanto puedes sacar por tu riñón en el mercado negro. Toca compartir piso, mucho y muy fuerte.
Si estás en esta diatriba, este manual puede salvarte de situaciones que pueden llegar a convertir tu convivencia en un infierno.
1. Escoge “siempre” la parte de arriba de la nevera. Pelea por esa parte, si hace falta. Lo agradecerás cuando veas todo lo que puede llegar a caerte si estas en las baldas inferiores. He llegado a ver bolas de gremlins, en serio.
2. Si te cogen comida, dale importancia. Una vez no pasa nada, pero como tengas un gorrón en casa, veremos si te hace gracia tener que ir a comprar un domingo porque alguien se ha acabado tus cervezas.
3. Si tienes una gran vida social, no lo dudes, quédate con la habitación de matrimonio. Así evitarás cruzarte todos los días con novi@s que al final, sin saber cómo, acaban siendo tus nuevos compañeros de piso. No te creas la excusa de: me quedo unos días y me voy… Unos días, no son dos semanas, y seguro que se bebió la cerveza él. No lo dudes.
4. Mira siempre si hay papel higiénico. Sí, parece una obviedad, pero no serías el primero que se queda tirado a media faena en el baño. En este mundo, existe gente que todavía cree en los duendes. Es más, para ellos son los auténticos culpables de que todavía no se haya cambiado el rollo de papel.
5. Práctica con el Jenga todo lo que puedas, lo necesitarás. El fregadero se va a convertir en un juego muy real, en el que deberás quitar un plato limpio, sin que caigan los demás. Sí. Te preguntarás: ¿y por qué no recojo todo lo limpio y lo dejo en su sitio? Cuando lleves un mes haciendo esto tú solo, veremos si sigues preguntándotelo.
6. No te líes con tu compañeros de piso. De ti depende que cada vez que traigas algún lío a casa se oiga: ¡Qué comiencen los juegos del hambre!
7. Busca pisos con calefacción central. A menos que seas un Stark y busques vivir en El Muro, poder llevar camiseta dentro de tu casa en invierno, no tiene precio.
8. Si no eres fiestero, elige un piso de trabajadores. Así no tendrás fiestas inesperadas.
9. Si eres fiestero, los estudiantes son tus amigos. Eso sí, anticípate a ellos y organiza, siempre que puedas, tú las fiestas. Evitarás fiestas inesperadas. Quién controla la fiesta, controla el piso.
10. Compra tapones sonoros. Parece una chorrada, pero siempre hay algún compi de piso que se cree Batman y no se acuesta hasta la hora que te levantas.
11. Si tocas la guitarra, no la dejes en el salón. Todo lo que dejes en el salón se convierte en comunitario, “mágicamente”. A nadie le gusta que le cojan las cosas sin su consentimiento, y seguro que tocan mejor que tú.
12. Conoce tu casa. Es importante saber si se oyen o no los sonidos de tu habitación, pero sobre todo los del baño. Evitarás que te miren con caras raras cada vez que sales del baño o de la habitación acompañado.
13. Si invitas a alguien, tira “siempre” el colchón al suelo. Todos lo agradeceremos.
14. Se tolerante, pero si no han limpiado su parte de la casa, que paguen multa. Al final, la próxima fiesta te saldrá gratis.
15. Limpia. Recuerda, tu casa no es un escenario de la nueva película de SAW.
16. Busca vías de escape ante los problemas, no discutas, propón alternativas. Si no les gusta limpiar, por ejemplo, propón pagar una limpiadora. Discutir, es malgastar tiempo, y acabarás muy cansado de la convivencia.
17. No te aísles. Nada de saludar y meterte al cuarto. Cada vez que llegues a casa, interactúa con tus compis. La rutina diaria se hace más llevadera entre risas y cañas.
18. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, sobre todo si hablamos de la lavadora. Esa máquina del demonio, no solo tiene mil programas complejos, si no que además, al igual que tu vecina del ocho, nunca está libre.
19. Controla siempre la llave de gas. Ni eres Tom Hardy, ni tu cocina sale en una escena de Mad Max, así que evita los fuegos artificiales revisando que no se hayan dejado nada abierto.
20. Práctica idiomas. Si tienes compañeros Erasmus, no lo dudes, aprovéchate de ellos para practicar ese idioma que tienes atravesado y de paso acoplarte a las mejores fiestas que existen entre semana.
21. Adorarás la fiestas de entre semana. Créeme, no tienen nada que envidiar a las de fin de semana, y casi siempre son casi gratis.
Cuando seas viejo y tus nietos te pregunten qué hacías cuando eras joven, podrás crearte toda una serie de 7 temporadas repleta de personajes estrambóticos, situaciones surreales y un final alternativo y todo, que harán que se queden pegados al sofá.
Recuerda: todo lo que hagas en un piso compartido, tiene su eco en la eternidad.