Aprovechando el lanzamiento del primer trailer de la segunda parte de Buscando a Nemo, titulada Buscando a Dory, y que os dejamos a continuación, vamos a repasar algunas de las cosas que esta película nos enseñó.
Hoy en día muchos hemos sido educados dentro de una burbuja de protección paternal. Nuestros padres, cuando éramos pequeños, han impedido que realizásemos muchas de las actividades que ellos mismos hacían de jóvenes. Buscando a Nemo es un claro ejemplo de cómo los hijos pueden enseñar muchas cosas a sus padres y de cómo ellos deben guiarlos pero nunca tratar de retenerlos.
1. ¿Te conoces a ti mismo?
¿Estás seguro de que sabes lo que eres capaz de lograr? Los hijos no son extensiones de los padres, así que no siempre hay que seguir sus pasos. Que tus padres nunca hayan realizado o practicado algo, no significa que tú no tengas la capacidad de hacerlo.
2. Apoya a la gente que tienes cerca aunque no estés de acuerdo con lo que pretenden.
Experimentar y darse cuenta por uno mismo de hasta dónde puede llegar cada persona, es importante. Y tus padres te apoyarán y ayudarán si es necesario. Decir a alguien que no puede hacer algo, en muchos de los casos, solo alimentará esa energía o capricho para querer lograrlo con más ganas. Si en en el fondo eso no es lo tuyo te acabarás dando cuenta más pronto que tarde.
3. Ser diferente implica ser igual.
A pesar de tener una capacidad física diferente, es importante reconocer que, en muchas ocasiones, no existe obstáculo que no se pueda vencer, siempre que se tenga fuerza de voluntad para realizar lo que quieres.
4. Nunca te des por vencido.
Esta es una ley de vida que se debe enseñar a todo ser humano: no darse por vencido y seguir intentando.
Debemos agradecer muchas cosas a nuestros padres pero que nos dejen experimenten las cosas por nuestra cuenta es una de las más importante.