5 consejos de seducción cortesía de "El Pequeño Nicolás"
Llegando la Navidad, un señor se cuestionaba en la tele, ciertamente sorprendido, a la par que confuso: “Pero, ¿cómo atraía a tantas niñas el pequeño Nicolás? Algún atributo tenía que tener.” Claro que los tiene, querido tertuliano. Claro que los tiene.
‘El pequeño Nicolás’ (a partir de ahora, con nuestros respetos, Fran) es, ya, un icono pop. Más allá de las posibles fechorías que haya podido cometer, cosa que aquí no vamos a entrar a valorar, al espabilado jovenzuelo no se le puede negar el don de gentes, desde luego. Tras su explosión en los medios, su historia se hizo también nuestra. La sociedad española le ha cogido cariñín. ¿Qué tipo de insensato no va a comprar su careta para el próximo carnaval? Le señalarán.
Aunque lo parezca, no es simplemente un inocente Mini Babybel luchando por alcanzar la alta estantería de embutidos, llena de próceres y ejemplares de alta alcurnia. Es uno de los nuestros. Olvidémonos de sus tejemanejes, repito, y saquemos cosas positivas de su actitud. ¿Qué nos ha enseñado, pues, Fran, a los españoles? A seducir.
Sí, despistado señor de la caja tonta. Usted también caería, no lo niegue. Fran atraía a quién él quisiese. Llanamente. Robaría cualquier corazón. ¿Pesado él? Y tú un ‘hater’. Que a tu mejor amiga se le denomine “la Pechotes” quiere decir algo: triunfo. Intentemos, pues, ver qué cualidades ha demostrado en sus, aún escasas, apariciones públicas, y aprendamos de él para que esa chica en la que pensamos nada más levantarnos, por las mañanas, caiga rendida ante nuestros encantos.
1. La oratoria. Un buen dominio del verbo garantiza, siempre, traerse los tres puntos a casa. Y no, no comiences a hablar con endecasílabos, pequeño amargo amago de cantautorcillo. No empieces a hacer poesías como un bonobo en celo. Calma, clase. Hablar bien, lo que se dice bien, es un arte. Mira a Fran, cómo maneja la lengua castellana. Cómo la domina ante unos periodistas adultos ávidos de carnaza. No trates de convencer, limítate a utilizar las palabras correctas en el momento preciso, como él. Ni siquiera temas a la mentira piadosa. Hoy arquitecto, mañana abogado. ¿Qué importa eso, si la noche es joven y tú y yo nos hacemos viejos? Lo mismo piensa Fran.
2. El saber estar. ¿Su mejor cualidad? Sin duda. Incluso se permite el lujo de ocupar el papel de la presentadora y manejar los tiempos del ‘show’. Dale tres programas y te sale otro Jordi Hurtado. No se deja intimidar en ningún momento. Mantenerse firme es esencial. Saber situarte respecto a tu objetivo. Que sepa de qué vas. Que vea que vales la pena. Que caiga en tu terreno. Y cuando te des cuenta, de repente, ‘voilà’: Santiago Segura querrá filmar vuestra historia de amor.
3. La confianza. Otra cosa, no, pero el muchacho se lo tiene muy bien preparado. Se siente como pez en el agua y en ningún momento parece un flipado. Bueno, todo lo flipado que podría uno imaginarse previamente. Sabe hacer de su latente frikismo un arma de convicción. No parece cometer errores, no duda de más, no se deja intimidar. Él nos guía, él se lo cree, él confía. Si él puede, tú también. ¿Te miras en el espejo y te sigues asustando? Sin problema. Haz añicos ese embustero espejo, péinate y sal a por lo que mereces, fiera.
4. Sentido del humor. Nuestro Fran es un cachondo. De eso no hay duda. Tanta fotito y tanto paseo… Ese cuerpecillo de tunante esconde a un Nicolás, aún más pequeño, que se está partiendo el hojaldre. Sin embargo, ni un ápice de frivolidad. Maldita sea. ¿Cómo lo hace este pequeño diablillo? Si es que hasta se permite unas cuantas gracietas, el muy granuja. Por más que la situación se ponga tensa, no pierde el control y se muestra al mundo como un tipo afable. Qué importante reírse de uno mismo cuando toque. Nuestro canalla favorito lo sabe y lo utiliza. Y sí, efectivamente. Mientras escribo este párrafo, ya ha tenido otros dos ‘matches’ en Tinder. Si es que no para.
5. Estilo. A Cisco (a estas alturas ya hay confianza) no se le escapaba detalle. Tenía la prenda perfecta para el lugar adecuado. ¿Me haces una entrevista en mi casa? Me pongo grunge. ¿Voy a la tele? Camisa y afeitadito. ¿Nuevo rey? Como un pincel. ¿En una charla con Aznar? De mini Aznar. ¿Con Ana Botella? De mini Aznar. Fran sabe que cada lugar requiere sus modos. Es un hombre de otro tiempo. ¿’Dress code’ a Fran? Cisco es el ‘dress code’. Toma nota.
Podríamos continuar, pero con esto debería ser más que suficiente para conseguir a tu propia Pechotes. Y, recuerda, cuando consigas tu objetivo tras seguir estos sencillos puntos, piensa en él. Piensa en nuestro James Bond. Piensa en Fran.
PD: El presente artículo no se hace responsable de que la Pechotes y Nicolás solo sean amigos, según dicen. La posibilidad de que el chicuelo sea, simplemente, un pagafantas, no altera lo aquí dicho. Tiene mirada de triunfador y eso nos sirve.
