El verano, más que cualquier otra época del año, nos incita a lanzarnos a la calle de noche para disfrutar de terrazas, discotecas y pubs, y claro, después de eso, una termina por sacar una serie de conclusiones, por llamarlas de algún modo:
1. Muchachos que miden 1.50 con tupés de 10 centímetros. No, no vais a parecer más altos, vais a seguir midiendo lo mismo, sólo lográis potenciar una sensación de que tenéis la cabeza más grande.
Y ojalá fueran tupés como el de John Travolta en Grease...
2. Hay gente que sigue llevando rosarios de plástico blanco. Sí, esos colguijos canérrimos que se estilaban allá por mediados de los 2000. Sí, siguen entre nosotros...
3. ¿Por qué hay chavalas que bailan de forma tan basta?, ¿por qué? La elegancia se evapora a medida que dais un zapatazo en el suelo cuando creéis que os estáis moviendo a lo Beyoncé, pero NO.
4. Quiero hacer un llamamiento a esos hombres que se decantan por tocarte la cintura/culo/ lo que caiga cuando pasas por su lado. O sea, no, aparta, yo intento pasar sin molestar a nadie, ¿qué haces?, ¿por qué te tomas esas licencias?
5. Ya lo dijo Will Smith en Hitch.
6. El baile no es una excusa para restregarse, nunca. Hay un espacio vital mínimo a respetar, incluso en las discotecas, y si a alguien le apetece bailar contigo te lo dirá, sino sigue rascando el fin de semana siguiente.