Después de que tu cerebro se haya fundido en esas pruebas mortales llamadas exámenes y las recuperaciones, toca desconectar a base de porcentajes. Sí, ahora le toca a tu cuerpo sufrir un poco.
1. La birrita de toda la life. Vale, quizás esta se beba de lunes a domingo, pero no me diréis que después de exámenes sabe mucho mejor.
2. El buen vino que no falte. A no ser que seas todo un aficionado al mundo enológico, un buen vinito de postureo que no falte. Pero eh, muy exquisito sí… Pero el desgraciado te deja de las peores resacas.
3. Lo de siempre. El clásico cubata ron-cola, ¿para qué más?
4. Vodka. Negro, blanco lila o azul del Mercadona ya sirve.
5. Whisky. Seamos selectos, venga ahí ese wiski con hielo.
6. Colocón a la vista. Absenta, la peor. Jagger, igual de mal. Vale que hay distintos grados pero solo es pillar el puntillo no un incendio por toda tu garganta.
7. Uno tras otro: chupitos. Para qué beber un vaso si puedes beber mil mini vasos más rápido. Y como no, que no falle el tequila con su limón y sal.
8. Combinados. Esos cocktails que están ricos, vas bebiendo y no te das ni cuenta que poco a poco acabarás como una cuba.
Es guay quitar el estrés con los colegas con una buena fiesta pero tampoco te pases y acabes yendo en ambulancia. No estamos haciendo apología de las borracheras. El alcohol y sus efectos se disfrutan con moderación, intentadlo al menos.