Que sí, que ahora mucho Facebook, mucho Twitter y mucho Instagram, pero si echamos la vista atrás lo que mandaba (además de mi querido Messenger) era Tuenti... ¿Cuántas horas habremos pasado ahí metidos?, ¿cuántas fotos de cuántos perfiles habremos visto?, ¿cuántos canis nos habrán mandado peticiones de amistad que mínimo valían una orden de alejamiento?...
1. Los tests que publicabas en tu tablón. Asumámoslo, cada vez eran más largos y tenían más preguntas estúpidas que carecían de sentido, pero tú los seguías haciendo.
2. Los collages con frases del tipo "¿Qué me dirías hoy si me muero mañana?"/ "¿Qué piensas de mí?". A la primera pregunta siempre había un graciosillo que contestaba algo así como "Cuidado mañana", o "No te mueras mañana"... ¿Qué más se podía esperar de nuestras mentes privilegiadas?
3. Todo estaba escrito (en el período de 2007-2009) combinando letras mayúsculas y minúsculas. ¡¡Qué desastre!!... En serio, ¿en qué momento dejamos que eso sucediera?, ¿por qué? Y ya no hablemos de las faltas de ortografía, y lo que es peor, que muchas veces se cometían de forma intencionada, no por desconocimiento.
4. Las peticiones de amistad que empezaban por un: ola wapa, tiens cam? jeje... ¿Hubo alguien al que le funcionara eso?
5. Los estados con sutiles indirectas. "Ojalá te fueras de mi vida", "¿Tía te ha pasado algo?", "No, nada, es una canción"... JE JE JE JE JE JE JE, NO.
6. Y hablando de estados... ¿os acordáis de cuando se podían poner más largos de lo habitual? Esos espacios eran cunas de Bécquers, Lorcas y Garcilasos.
7. Cuando a la gente le dio por subir capturas de la cantidad de visitas que tenían sus perfiles. Y se picaban entre ellos, y había gente que trucaba las visitas y esas cosas...
¿Y después de todo esto qué?
Jamás habrá una generación como la nuestra (para bien o para mal).