Que si "Veranillo de San Miguel", que si "la Calor del Membrillo"... Parece que los días que prolongaban el tan estimado verano han tocado a su fin, y por ello, más vale saber cuáles son las cosas que acompañan a este periodo del año para estar prevenidos para bien o para mal:
1. Abrigos y chaquetones vuelven a posarse sobre nuestros hombros, y nos regalan el dinero que nos habíamos dejado en sus bolsillos, ¡qué sorpresa tan gratuita!
2. Blancura Neutrex futura. Si tienes una tez a la que se le fue el "moreno" la primera semana de septiembre, o que te hace parecer que eres un miembro descastado del clan Cullen (como es mi caso), te recomiendo que huyas de las zonas de esquí, sobre todo si vistes tonalidades claras; en cualquier momento una tabla de snow te podría pasar por encima, y lo que es peor, seguro que queda registrado por una GoPro.
3. Tu jornada de estudio va a ser más corta. No, no es porque vayas a dar menos clases, qué ojalá, sino porque va a oscurecer antes y cuando veas cómo el último rayo de sol se va, automáticamente vas a dejar los apuntes al lado.
4. Amarás la ropa camilla/copa/brasero... Por encima de todas las cosas. Y te preguntarás por el motivo por el que no puedes meter uno en tu cama.
5. Acabarás pareciendo una cebolla por el número de capas que llevas encima, y aún así seguirás teniendo frío, y sólo pensarás en el número de horas que te quedan para llegar junto a tu brasero y tumbarte en el sofá.
6. Te costará más trabajo que nunca salir de la cama. Sobre todo a ciertas horas, las previas a ir a clase por supuesto. Si te valiese te acostabas con la ropa que vas a llevar al día siguiente.
7. Empezarás a resfriarte sin razón aparente, y los mocos y la rojez de tu nariz comenzarán a formar parte de ti, tanto que te plantearás hacerle un llamado de emergensia a Papá Noel para ver si te hace un hueco al lado de Rudolph.