Sí, ya está aquí, ya llegó, la tortura de nuevo comenzó. La vuelta al cole ha llamado ya a nuestras veraniegas puertas que aún siguen dilatadas por el calor pero ello, desde luego, no es excusa para afrontar por las malas lo que nos toca cada septiembre, aunque tampoco podemos evitar encontrarnos de frente con otras cosas:
1. Poner el despertador de nuevo. Si has estado trabajando en verano no será este para ti el principal problema, pero si te has pegado una época estival que poco tiene que envidiar a la de Paris Hilton, lo mismo te empieza a doler que el móvil te diga: "Quedan cinco horas para que suene la alarma".
2. Ver caras que habías olvidado y por un buen motivo. Sí, ahí están de vuelta los más petardos de tu universidad, esperando ansiosos su momento de gloria.
3. La compañía indeseada en el bus. Mire señora, que si hay 20 asientos libres no tiene usted necesidad de sentarse justo a mi lado. Además, si llevo los cascos puestos y voy mirando por la ventana en plan videoclip no me apetece que se ponga usted a hablar alto para intentar meterme en conversación (sí, sé que esto puede haber sonado borde, pero da igual).
4. El tráfico que hay en hora punta. Gracias a los embotellamientos tendrás la oportunidad de levantarte hasta una hora antes si eres muy afortunado y, recuerda, no te sientas solo, siempre que mires hacia tu derecha o izquierda verás a otro conductor, eso sí, probablemente con un dedo en la nariz, eso es ley.
5. Los profesores que te dejan caer que su asignatura va a ser la más importante de tu vida. Que no digo yo que no, pero que al menos lleguen a un consenso, porque después de llegar al último curso de la carrera ya he contabilizado como diez asignaturas que han sido las más importantes de mi existencia.
6. Los horarios sumamente lógicos. Los lunes dos clases con separación de dos horas entre ellas, martes sólo una, miércoles y jueves dos, y viernes tres... ¿Se podría repartir un poquito mejor no? De forma que resultara más eficiente para todas las partes.
7. La pasta que te tienes que gastar en transporte público. Si no fuera poco el dinerillo que se te va en apuntes, súmale a ello la tarjeta de autobús o metro (ambas en algunos casos). ¿Estamos locos o qué pasa aquí?
En fin, ¡buen comienzo de curso!