El 22 de marzo no se hablaba de otra cosa. Nada más entrar en Twitter ya veías que algo nuevo había pasado en el mundo youtuber.
Muchos memes pidiendo al repartidor del Caranchoa volver como justiciero del sentido común ante un nuevo caso de gente queriéndose hacer famosa a toda costa sin importarle el cómo. Lo que había ocurrido, según publicaba el El Comercio, es que un youtuber de 24 años llamado Wilson Alfonso había subido un vídeo en el que se le veía besando a chicas por la calle sin su consentimiento. Para él, una broma. Para el resto del mundo, otro claro caso de abuso.
El diario El Correo informaba ayer de que a este youtuber se le imputaban tres delitos de abuso sexual después de las cuatro denuncias recibidas por parte de las mujeres víctimas del suceso, tres consumadas y una en tentativa.
El jucio rápido celebrado hoy viernes en el Juzgado de Instrucción nº4 de Oviedo ha condenado al youtuber, que recenoció los hechos, al pago de 1.890€ de multa y 500€ a dos de las víctimas como indemnización después de lo ocurrido. La tercera chica renunció a recibir dicha compensación. Además se le ha confiscado el ordenador, la tarjeta gráfica y la cámara que utilizó para grabar los vídeos.
Según informa EuropaPress, su abogada, Sonia de la Paz Fernández Álvarez, manifestó al acabar el juicio que Wilson Alfonso ya había cerrado las cuentas de sus redes sociales y que estaba muy arrepentido.
"Lo que para él era una broma es un delito para el resto de las personas".