1. Sentarte con toda la motivación en el cuerpo, abrir la agenda y volver a cerrarla.
2. Observar un punto fijo sin pronunciar palabra.
Tan sólo pensando en temas tan cruciales como lo que vas a hacer ese fin de semana.
O todo lo que te queda por estudiar.
3. Subrayar como sino hubiera un mañana sin enterarte de ninguna palabra. Así se hace campeón.
4. Preguntar a tus amigos como llevan el examen.
5. Hacer tareas inútiles (para posponer el momento de ponerse con el examen), tacharlas de la agenda y así sentirte un poco más aplicado.
6. Ordenar los apuntes, graparlos, agruparlos, acariciarlos, pero NUNCA mirarlos.
Esto es lo que de verdad querrías hacer con ellos
7. Tocar la flauta que tienes al lado y que no coges desde 1º de la E.S.O.
O lo que tengas más a mano, vaya.
8. Mirar el reloj y ser consciente de como tiras el tiempo.
9. Sentirte mal y creer que no vas a llegar a nada en la vida con ese ritmo.
10. Tomar la firme decisión de alejar cualquier cosa que pueda desconcentrarte y ponerte a estudiar.
11. Volver de nuevo al punto número 1.
Relacionado:
11 cosas que te ocurren cuando vuelves a casa por Semana Santa
Las 9 cosas más estúpidas que hacemos mientras "estudiamos"
11 razones por las que los que estudiamos fuera de casa sufrimos al volver a ella