Todos hemos tenido momentos de desesperación en los que se nos ha pasado por la cabeza lanzar nuestro teléfono lo más lejos posible. Pues estos estudiantes de Stanford decidieron lanzarlo aún más lejos todavía. Y no por desesperación, sino como un experimento para demostrar que se podía enviar una videocámara al espacio sin necesidad de que interviniese la NASA.
Este grupo de estudiantes de la Universidad de Stanford lanzó, en 2013, una GoPro al espacio gracias a un globo de helio. Después de perder el rastro de la cámara durante más de dos años y medio, hace menos de una semana, han recuperado la GoPro con más de una hora de grabación desde 30.000 metros de altura, según cuenta Bryan Chan, uno de los protagonistas de esta historia, a través de este hilo de Reddit.
Pasaron cuatro meses desde que se les ocurrió la idea hasta que llevaron a cabo el experimento: lo primero y más importante era conseguir un globo de helio capaz de elevar la cámara hasta la estratosfera. Aunque el coste final fue cuatro veces más alto que el presupuestado decidieron seguir adelante con su idea. El segundo paso era encontrar un método de localización cuando la GoPro aterrizase en tierra. La solución fue mucho más simple de lo que hubiésemos pensado en un primer momento, ya que pegaron un móvil con GPS —conectado a la red— a la cámara.
Todo estaba planificado para que funcionase. El problema es que el GPS falló en cuanto el móvil dejo de tener acceso a la red y estuvieron dos años y medio sin saber dónde estaba la cámara con el material grabado desde allí arriba.
El móvil operaba bajo la red de la empresa estadounidense AT&T y fue lanzado desde Arizona. Los estudiantes habían estudiado la trayectoria de descenso más probable y habían calculado que aterrizaría un poco más lejos del Gran Cañón, donde sí habría cobertura. Pero ahí es donde estaba su fallo, la cámara —y el móvil pegado a ella— habían caído donde ellos habían calculado, pero no había cobertura y por tanto no tenían modo de contactar con él.
Se dieron por vencidos.
¿Buscar algo en el desierto? Era como buscar una aguja en un pajar.
Pero hace unos días se resolvió el misterio de la forma más irónica posible: una trabajadora de AT&T estaba haciendo una ruta por esa misma zona y encontró la cámara y el smartphone en medio de la nada. Al ver que era de su misma empresa decidió llevarlo a una de sus tiendas para comprobar la titularidad de la línea y llamaron al dueño, que pudo recuperar estas increíbles imágenes desde 30.000 metros de altura:
El vídeo ya cuenta con más de tres millones de reproducciones, por lo que al final, después de dos años y medio, la espera ha merecido la pena.